- Escucha, Josep, escucha... sí, sí, tú... ¿te ha llegado el
rumor?
- ¿Cuál? ¿Dónde? ¿Cómo?
- ¡Despierta, chico, siempre en la luna de Valencia! ¡El
rumor! ¡Lo que se comenta en los mentideros, todos, desde esta mañana, a la
hora del almuerzo!
- No sé de qué me estás hablando, Santi. Un rumor... ¡pero
si aquí no hay más que rumores!
- Pues este es bien gordo, y lo escuché yo mismo con estas
orejas, ¿ves?: parece ser que al Chescu se le ha calentado la boca incendiaria
que tiene y, machito él, ha afirmado que en caso de ser admitida a trámite la
querella vamos a ir todos a personarnos ante el Tribunal, como quien no quiere
la cosa, en bloque... a meter presión.
- No jodas. ¿Dónde has escuchado esa tontería?
- Hombre... Ahora mismo lo acaba de avanzar TV3,
departamento de presidencia, y la noticia está corriendo como la pólvora entre
las editoriales de los medios, pero la fuente principal ha sido la boquita de
piñón de la Neus.
- ¿Neus? ¿Esa quién es?
- Madre mía... nada, chico, la de Bienestar, una auténtica
desconocida, pero justamente por eso la que estaba más desconcertada, y con
razón. La pobre se ve presa, encerrada en la cárcel junto a la Pantoja y el
Bárcenas. Por mucho que le he estado diciendo que no, que esté tranquila, que
no están pidiendo cárcel sino la inhabilitación y una pequeña multa, no he
conseguido que se calmara y recuperara la compostura. Sollozaba pensando cómo
va a pagar el Liceo de los niños, el atraque del Muelle de Costa, la depilación
láser que consigue erradicara el vello en la espalda de Jordi... la buena vida, chico, la
buena vida, escapándose entre las yemas de los dedos, inhabilitada por el alto
tribunal. "No dijeron nada de esto. ¡No dijeron nada de esto!",
gritaba mientras la intentaba consolar con una taza de chocolate caliente y
varias porras, pero no ha servido de nada. He tenido que dejarla allí con
Chelo, la chica de la limpieza, pero sus palabras me han metido el miedo en el
cuerpo, Josep.
- Sacúdetelo, Santi: no hay por qué preocuparse. Está todo
guionizado desde que se levantó el telón, consejero. Aquí y allí, con tanto
tira y afloja, no hacen más que representar la función para disfrute al gran
público, que se evada. Todo humo, bobadas, bravuconerías y amenazas... nada,
conseller, nada... Pelea de máximos para acabar firmando un acuerdo que nos
satisfaga a todos... y a seguir viviendo, conseller.
- ¡Alabada sea la Virgen de Montserrat! Menos mal,
conseller. No conseguía sacarme las palabras de la Neus de la cabeza, vueltas y
más vueltas, carcomiéndome la moral, la razón, la más elemental de las lógicas...
Ella, gritando, histérica... "inhabilitación, inhabilitación"... palabras
ofensivas, hirientes, recriminando que nadie dijera nada cuando le ofrecieron
el cargo, tras las elecciones, cuando todo era muy bonito y nadie hablaba de juicios
ni nada por el estilo. Tú tranquila, le dijeron, acepta el carago y a vivir durante
cuatro años de legislatura, sin más preocupación que vestir bien y decir
siempre "país nuevo, viva la lengua, democracia catalana y Estado Español chorizo", que ellos
ya se harían cargo del tema troncal de la vida en Cataluña: la independencia,
que todo lo abarca desde el amanecer hasta el anochecer, sin espacio para la
ley, la política o el gobierno. Una legislatura vacacional, dijeron, sí conseller, a mí también, lo recuerdo como si fuese el solomillo de hace una
hora, y tus palabras me quitan un peso de encima. ¡Una mamandurria, exacto!
Otro esperpento para la galería, boba, que silba y patalea... porque de no ser así, de ser cierto
lo que ven mis ojos, de ser real la amenaza, la querella, la condena, la inhabilitación, y
no un encantamiento de unos hechiceros portentosos metidos a políticos, ¡no
contaríais conmigo, valientes!... bueno, quizá sí.
... ¡ah, la buena vida, la buena vida!
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