Qué curioso es el globo terráqueo este que flota y flota en
la nada, y de él, qué curiosa mi España, toda ella, de norte a sur, desde el más alto de sus picos hasta la más profunda de sus cloacas. Todo ha de venirse a
cumplir, rotando el péndulo alrededor de su eje, y la historia se repite, vez tras vez.
La mayoría llora por la tragedia, pero el Ejército de los 12
Monos ríe.
Joder, si ríe.
Los mencheviques de Pedralbes no se han desviado de la linde: huyendo hacia adelante, han abierto las puertas del Palau a los románticos
de la revolución pendiente. La corrupción, la usura, el compadreo señorial con
el que la élite se fotografía en la Costa Brava no han resistido al envite de
la hacienda privada, y el pruses, la construcción nacional, se ha desvanecido
como un azucarillo cuando se mencionó el patrimonio de la familia, noi, que el
avi Siset nos dejó tierras, collons. La desobediencia heroica con la que habrían los
noticieros de la TV impúdica que controlaban ha salido corriendo en este
sanfermín barretinado. Ni el Secretari ni el President... ninguna de las
sanguijuelas ha tenido un segundo para retirar la bandera, que ahí se pudra. Son
cosas de la materia, el tener, la propiedad que cualquier ser vivo persigue a
lo largo de su existencia, aunque muchos disfrazan el instinto mediante el altruismo, siempre
falsario, eterna ponzoña.
No es nuevo. Sucedió antes y sucederá después. Simios
venidos a más lo leímos en libros viejos... charlamos del tema en ambientes de
curiosidad, copas y humo... hicimos informes socarrones de la valentía de los
hereus, sus carreras por las alcantarillas, la fuerza de sus convicciones... No
es ningún mérito. Sucedió antes.
El chulazo impuesto por la muchachada de la copa menstrual, el pelele ascendido a
la planta última de la casa-gran-del-catalanisme merced al designio de hereus
de quienes se definen como nous catalans -hijos pródigos que desprecian el
sudor de sus acomplejados padres y pretenden derrochar, mediante lecciones de marxismo-lenonnismo,
lo que disfrutan sin haber trabajado-, ha despejado el camino los chamanes de la
tribu... estos, sí, más de banderas... son más románticos... utópicos y
peligrosos.
Para los señoritos de Pedralbes, para sus usos y costumbres,
sin duda, han resultado mortales... en dieciocho meses... sin pegar un tiro... y todo con un somriure. Tomad vuestra revolució, señoritos.
¡Cómo no descuajeringarnos ante tanta histeria, Monos!
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