Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

9 ago 2017

Extinción


Recientemente, el político mejor valorado del panorama español, proletario Garzón, alto índice de aceptación entre la generación mejor preparada de la historia, haciendo uso del canal favorito entre la mancha humana -las redes sociales-, predijo la gran catástrofe galáctica, la sexta extinción, descendiente de asesinos de diplodocus, pangeas, corales y demás curiosidades fósiles... y lo enunció a los cuatro vientos, él, proletario Garzón, el ungido por las sabidurías de la Complu, señalando al culpable de tanto estropicio: el capitalismo, sujeto de todas las desgracias habidas y por haber, pasadas y futuras. Fuente de discordia, la deriva del libre intercambio entre individuos, el derecho a intentar ser feliz, la justicia salomónica, son las causas de que el mundo sea tan raro, tan ajeno a la arcadia soñada, edén de la gente sencilla, proletaria... como él, proletario Garzón. Sin guerras, sin hambreni enfermedad ni jesucristosuperestar, multiculti... todos los animales son iguales, ¿verdad, Napoleón?
Si paras un momento a analizar la profecía, a oler sus palabras, comprobarás enseguida el suave aroma a cascote de Muro de Berlín que desprenden. Con cada uno de ellos, la teoría ensayada al lado este de la frontera antifascista ha amasado un nuevo barniz con el que camuflar su fracaso, pero para nuestro proletario Garzón no hay realidad que difumine una buena alucinación, y a los nuevas ideas lennonistas, con sus cantos a la feminidad de género neutro, la empoderación de los ultracuerpos y la abolición de las fronteras, suma, sin mostrar rubor o vergüenza, el tostón del capital convertido en meteorito ecolojeta ligado a la extinción.
La bondad, sin embargo, intrínseca a la gente de izquierdas, no es ajena al héroe de la Vendée, y por eso su advertencia de los riesgos materialistas colándose en la intimidad de la pantalla del celular; por eso, por su infinita misericordia, convida a las masas a apostar por un modelo más sostenible, redistributivo, comunista, donde no existan las fronteras y la mancha humana pueda circular por doquier haciendo gala de su derecho humano a la amnistía, el nihilismo hedonista y la cerveza fría. Sanidad universal, educación gratuita hasta el tercer doctorado, renta básica con la mera presentación de un bonobús, decrecimiento económico y un porrón de organizaciones jocosamente no gubernamentales traficando con seres humanos en nombre del altruismo y la caridad laica.
La gran comuna en la tierra, dictadura de proletarios como el proletario Garzón -aunque no tanto, que para eso fue él el profeta que cargó sobre sus hombros la infamia lucha contra el papel-moneda-, mezclados los unos con los otros, al son del ritmo sabrosón, ratas tras la música del flautista, rebaño de granja al que se desposeyó de el don más precioso, la verdad, y el redoble más atronador, la libertad.
La sexta extinción, de tenerlo, no será el nombre que berreas, profeta.
Será, como la poesía, tú.

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