Cercado, claustrofóbico, asediado por fiambreras, chulopiscinas y seniles ubres, va y viene mi sentido, y esta mañana, recuperándolo gracias a una misericordiosa nube que eclipsó el Sol, escuchamos que Madrid también es una nación más en la ensalada infame de la progre(h)ez anti-española y sus cien años de honradez; por la caja tonta televisiva no dejan de pregonar -para escarnio de muyahidines y códigos de apaciguamiento lennonistas- nombre, apellidos y Rh del imbécil que atropelló a una chica durante una manifestación -y contramanifestación- racialista useña; la Juana sigue desaparecida con los retoños de Jason, aunque su espíritu vaga bien presente en los griteríos de la inquisición feminista y en las lágrimas de la tragicomédia periodística patria... y el sedicioso con chalet-piscina sigue tirando, y el gomierdo memócrata calla; y la nomenklatura va formando partidos a cada cual más sátrapa, y la intelectualidad adversa recita poemas de Lorca y canciones de Silvio Rodríguez dándosela de revolucionaria, y siguen brotando de la ciénaga las viejas glorias de las desaladoras, el asalto al palacio de invierno y la democracia a golpe de guillotina mientras el Iluminado mejicano camina deprisa, a pasos agigantados, hacia el precipicio con sus calcetines cutres y su camiseta sudada.
Volver en sí para confirmar que nuestro lelo-gump no va solo, lo acompaña una sumisa hueste,
y algo, en el fondo del negro abismo interior,
hace que estimemos la opresión, la asfixia, la zozobra de vernos emparedados entre muros de carne.
Vuelve a desvanecerse el sentido.
Qué tristes nuevas vienen...
No hay comentarios:
Publicar un comentario